Written by: Alexa Treviño
Failing Forward - El Arte de Convertir el Fracaso en Trampolín al Éxito
Descubre cómo los líderes más exitosos del mundo no evitan los errores, sino que los usan a su favor. Aprende a implementar la mentalidad de 'failing forward' en tu organización para impulsar la innovación y el crecimiento sostenible.
¿Cuántas decisiones no has tomado por miedo a equivocarte? ¿Cuántas veces tu equipo prefirió quedarse con lo seguro justamente por temor a fallar? ¿Qué oportunidades te has perdido, no por falta de capacidad, sino por una intolerancia al error? En el mundo corporativo, especialmente en la alta dirección, el fracaso sigue siendo un tema tabú que asociamos con debilidad, incompetencia y pérdida. Sin embargo, existe una realidad que cambia completamente esta perspectiva: los líderes más exitosos del mundo no son los que evitan los errores, sino los que los usan a su favor con una mentalidad de “failing forward” - fallar hacia adelante. Este concepto, popularizado en Silicon Valley y adoptado por equipos de alto rendimiento globalmente, representa una estrategia consistente de usar los errores como motor de crecimiento, no como obstáculos permanentes.
El failing forward no es simplemente una moda empresarial; es una respuesta inteligente a un mundo que cada vez exige más agilidad, adaptabilidad y aprendizaje constante para mantenerse relevante. Por más planeaciones que tengas - anuales, trimestrales, o el plan aparentemente perfecto de la A a la Z - el entorno está cambiando mucho más rápido de lo que podemos planear. Las empresas que mejor sobreviven y prosperan no son las que nunca fallan, sino las que aprenden y evolucionan más rápido que su entorno. Los equipos que operan sin miedo a equivocarse demuestran más innovación, toman decisiones con mayor autonomía y registran niveles significativamente más altos de engagement. Como lo demuestra el caso de Netflix en 2011, cuando intentaron dividir su servicio en dos unidades (Quickster para DVDs y streaming separado), el experimento fue un desastre que confundió y molestó a los usuarios. En lugar de hundirse, cancelaron rápidamente la estrategia, escucharon al mercado y se enfocaron completamente en streaming, convirtiéndose en el gigante del entretenimiento que conocemos hoy.
Para implementar esta mentalidad transformadora, es fundamental primero cambiar el chip mental sobre qué significa el error. Debemos desmitificar el fracaso y romper con paradigmas obsoletos que aprendimos desde la educación tradicional, donde el error era satanizado en lugar de ser una oportunidad de aprendizaje. Redefinir el concepto del fracaso significa entender que cometer errores no te convierte en un líder deficiente, sino que indica que estás aprendiendo, innovando y saliendo de tu zona de confort - un paso que requiere compromiso y coraje. Igualmente importante es redefinir el éxito: ese camino aparentemente brillante que admiramos está lleno de baches y raspaduras que no vemos. Mantener constantemente presente tu propósito y estrella norte te ayuda a ver cada fallo como un paso en el camino, no como el final del trayecto. Y quizás lo más desafiante: conectar con la vulnerabilidad y dejar que el ego no tome el volante de tus decisiones. Como sugiere Carol Dweck con su concepto de mentalidad de crecimiento, agregar la palabra “todavía” a nuestras oraciones (“No lo he conseguido todavía”) cambia completamente nuestra perspectiva y nos permite seguir buscando soluciones y nuevas oportunidades de aprendizaje.
Una vez que hemos trabajado en nuestro mindset personal, el siguiente paso es contagiar esta mentalidad a todo el equipo a través de acciones concretas:
En lugar de buscar culpables, haz preguntas como:
Crea un “diario de aprendizaje” organizacional donde documentes estos insights. Esto permite que la próxima vez que se presente una situación similar, el equipo sepa cómo no actuar y pueda equivocarse de manera diferente, aprendiendo cosas nuevas.
La historia empresarial está llena de ejemplos extraordinarios de failing forward:
Slack nació como herramienta interna de un videojuego que falló estrepitosamente. El equipo se dio cuenta de que su sistema de comunicación interna era excepcional y pivotó para convertirlo en una de las plataformas de comunicación empresarial más exitosas del mundo.
Toyota enfrentó una crisis global alrededor de 2010 cuando tuvo que retirar millones de autos por fallas en el acelerador. En lugar de colapsar, usaron esta crisis para fortalecer sus sistemas de calidad y hoy es una de las marcas con mayor garantía de confiabilidad en el mercado automotriz.
Estos ejemplos demuestran que el futuro no lo construyen quienes nunca se equivocan, sino quienes se atreven, tropiezan, se levantan y siguen avanzando con la sabiduría ganada en cada caída.
En un mundo que cambia exponencialmente, el costo de no fallar es mucho más alto que el costo de fallar inteligentemente. Las organizaciones que crean culturas tolerantes al error, que documentan sus aprendizajes y que celebran tanto los éxitos como los fracasos valiosos, están construyendo la agilidad y resiliencia necesarias para prosperar en la incertidumbre.
Como dijo Thomas Edison: “No fallé, encontré mil y una maneras de no hacerlo.” Esta mentalidad, aplicada sistemáticamente en tu organización, puede ser la diferencia entre estancarse en la zona de confort o liderar la innovación en tu industria.
¿Cuáles han sido tus mejores errores y cómo te han ayudado a llegar donde estás hoy? La respuesta a esta pregunta podría ser el primer paso para transformar la cultura de tu organización y liberar su verdadero potencial innovador.