Written by: Miguel González
Engagement Laboral - La Clave Invisible del Éxito Empresarial
Descubre por qué solo el 21% de los colaboradores están realmente comprometidos con su trabajo y cómo implementar estrategias efectivas para impulsar el engagement en tu organización, aumentando la rentabilidad y reduciendo la rotación.
¿Sabes cuánto dinero estás perdiendo porque tus colaboradores simplemente “están haciendo la chamba” sin realmente estar comprometidos? Las cifras son alarmantes: según el más reciente estudio de Gallup, una de las firmas más importantes en medición del comportamiento humano, el engagement laboral global ha caído del 23% al 21% en 2024. En América Latina, la situación es aún más preocupante, con solo un 16% de colaboradores realmente comprometidos. Esto significa que en el mejor de los casos, apenas 1 de cada 5 personas en tu organización está dando su máximo potencial, mientras el resto simplemente cumple con lo mínimo indispensable o, peor aún, está activamente desconectado. La buena noticia es que existen estrategias concretas y probadas para darle la vuelta a esta situación.
Antes de abordar las soluciones, es fundamental entender qué es realmente el engagement. No se trata simplemente de “compromiso” como solemos traducirlo. El engagement es un estado mental positivo de realización relacionado con el trabajo que se caracteriza por tres elementos clave: vigor (alto nivel de energía y resiliencia mental), dedicación (fuerte involucramiento y sentido de significado) y absorción (concentración plena y disfrute en las tareas). Cuando estos tres elementos están presentes, los resultados son extraordinarios: las empresas con altos niveles de engagement son 23% más rentables, experimentan 43% menos rotación voluntaria y 81% menos ausentismo. Además, tienen el doble de probabilidades de lograr resultados superiores, incluso en tiempos de incertidumbre económica o política. El motivo es simple: un colaborador enganchado no solo “hace su trabajo”, sino que aporta ideas, resuelve problemas proactivamente y transmite su energía positiva a clientes y compañeros, creando un efecto multiplicador en toda la organización. El factor más determinante para el engagement, según Gallup, es la calidad del liderazgo directo. No es casualidad que 8 de cada 10 personas dejen su empleo por culpa de su líder, no de la empresa. Esto significa que como líderes tenemos una responsabilidad enorme, pero también una oportunidad única para transformar la experiencia laboral de nuestro equipo. Las estrategias más efectivas comienzan con la formación en liderazgo positivo y conversacional, donde el enfoque no está en supervisar y corregir, sino en fomentar diálogos constructivos que impulsen el crecimiento. Es fundamental también implementar sistemas de retroalimentación continua, clara y constructiva, idealmente de manera sistemática mediante reuniones uno a uno y utilizando herramientas como el Job Scorecard para que todos tengan claridad sobre las expectativas. El ejemplo personal es igualmente crucial: los líderes deben mostrar coherencia entre lo que dicen y lo que hacen, siendo los primeros en demostrar compromiso y pasión por los objetivos organizacionales. Finalmente, es vital fomentar conversaciones frecuentes, no limitándose a evaluaciones anuales de desempeño, sino creando espacios cotidianos donde los colaboradores puedan conectar entre sí, compartir ideas y sentirse parte de una comunidad con propósito.
Para construir una cultura de alto engagement, es fundamental profundizar más allá de las prácticas visibles y abordar los elementos fundamentales que determinan cómo se sienten las personas en el trabajo:
La base del engagement es la seguridad psicológica - ese sentimiento de que puedo expresar ideas, hacer preguntas o incluso cometer errores sin temor a ser juzgado o penalizado. Las organizaciones con altos niveles de seguridad psicológica tienen equipos más innovadores, que aprenden más rápido y resuelven problemas de forma más efectiva porque todas las voces son escuchadas.
Para cultivar este entorno:
Los seres humanos tenemos una necesidad fundamental de pertenecer. Este sentimiento de pertenencia no se construye solo con eventos sociales ocasionales, sino a través de interacciones diarias significativas y una cultura inclusiva donde cada persona siente que realmente importa. Algunas tácticas efectivas incluyen:
Como bien señaló Miguel, “si una empresa no tiene un propósito claro y solamente está haciendo lana, tengan mucho cuidado porque la gente se va a ir por un peso más”. Las personas necesitan sentir que su trabajo contribuye a algo mayor que ellos mismos - que lo que hacen importa y marca una diferencia.
Para conectar a los colaboradores con un propósito mayor:
La ambigüedad, es “un asesino serial del engagement”. Las personas no pueden comprometerse con algo que no entienden claramente o donde no ven cómo pueden contribuir de manera significativa.
Para fortalecer estos aspectos:
Las estrategias mencionadas no son meramente teóricas. Miguel y Alejandra compartieron ejemplos concretos de organizaciones que están implementando prácticas innovadoras:
Esta compañía incorporó un equipo de psicólogos dentro de la organización para brindar apoyo tanto en aspectos organizacionales como personales, reconociendo que el bienestar holístico es fundamental para el engagement. Además, implementaron un sistema de reconocimiento trimestral vinculado a sus valores corporativos, premiando con libros a quienes ejemplificaban estos principios en su trabajo diario.
Este negocio familiar implementó la técnica de JobCrafting, permitiendo a sus líderes (que estaban sobrecargados con múltiples responsabilidades) rediseñar sus roles para enfocarse en áreas donde realmente aportaban mayor valor. Este proceso no solo aumentó su propio engagement, sino que abrió oportunidades de desarrollo para otros miembros del equipo que asumieron nuevas responsabilidades con objetivos claros y el apoyo necesario.
Reconociendo la importancia fundamental de la comunicación efectiva, esta organización implementó talleres específicos sobre metodologías de feedback, equipando a sus colaboradores con herramientas concretas para tener conversaciones productivas. El resultado fue un ambiente donde las personas se sentían más cómodas expresando ideas y preocupaciones, fortaleciendo la conexión y alineación del equipo.
El engagement no es un lujo o una iniciativa secundaria - es un factor estratégico que impacta directamente en los resultados de negocio. Si pudiéramos aumentar el engagement en nuestras organizaciones del 20% actual a un 40% o 60%, el impacto sería transformador no solo para nuestras empresas sino para la sociedad en general.
El desafío es claro: en un momento donde el engagement global está disminuyendo, los líderes que logren construir culturas donde las personas florezcan tendrán una ventaja competitiva decisiva. No se trata solo de implementar programas o políticas aisladas, sino de crear un ecosistema donde vigor, dedicación y absorción puedan prosperar naturalmente.
¿Qué estás haciendo para impulsar el engagement en tu organización? ¿Cómo estás ayudando a tus colaboradores a conectar con un propósito mayor y desarrollar todo su potencial? Las respuestas a estas preguntas podrían determinar no solo la salud de tu cultura organizacional, sino el futuro mismo de tu empresa.